Al Qabri Ramos
Calendario de ensueño
Fue todo un año de complacencia
Era cada minuto y cada segundo
parte de la misma dulzura
con que mi alma quedó embelesada
Solo tú, en mis pensamientos
En mis ardientes deseos
De besos y miel
que ya no intercambiamos,
Soñaba contigo en septiembre
Y cada momento aferrado a la fe
o el deseo, o la permanencia
o la constancia del amor
Es octubre y me entero
Que soy solo yo, soy solo yo,
Solo y solo soñando contigo
Llevándote en mi regazo
Para llevarte a la niña de mis ojos
fresas, bombones, dátiles y alegría
y sostenidos cortos y semicortos
y fusas y semifusas
Y ya noviembre, ideas confusas,
desalineadas,
Mis brazos son ataduras
Y mi dulce recuerdo
Que no suelto y no olvido
De un alma noble y gentil,
y diciembre y Jesús y tostadas
francesas y fideos
Y tú dentro de mí, ensanchando,
Creciendo en mí embargo
de (no) olvidarte, poesía
Y luego enero, frío y desordenado
que me enjugó de lágrimas
con sus aguas libertinas y febrero
y los gatos en celo y en mi ventana,
los ojos de un pájaro que soñé alcanzar
con la mirada, marzo y luego tu silencio
continuó mi amor preñado y creativo
Mi fe siguió buscándote
buscándote, pero solo en la memoria
En las fotos gastadas, tus labios,
la marca que reconozco, tus facciones
Y todo el perfil, el más dulce y febril,
el ardid más amado, soñó
y abril mil aguas, también de mis ojos,
te canto atardeceres y manantiales
Desde las montañas, yo también te llamo
por tu nombre y me detengo en ese boceto
que solo existe aquí, en mí, en este cerebro
que arde obstinadamente de amor
que grita de fracaso y dolor,
pero que está embelesado
en tu mirada y nobleza y honor
y mayo y cerezas y mayo y abejas
y mayo llegando a junio
y las festividades son joánicas
Para recordarme que te has ido
Y que nunca volviste a casa,
a esa casa de julio, a esa hija del verano,
a esa vieja tonta que aún sueña contigo,
que aún te desea y que aún anhela
un agosto de verano
menos sombrío, sin embargo,
Vendrá de nuevo en septiembre
y pondrán delante de mí otras sombras
de otras personas
Alienígenas extraños
Como yo, por lo demás
que nunca me vi en la imagen nacional
de ser de aquí, sino de todo el mundo,
y otros años pasarán, pero ya no para mí
Que los recuerdos partirán como las cerezas,
como la cosecha, como las flores,
Yo también te llevaré en mí, jazmín soñado,
todo convertido en mí y soplar tu nombre
al viento y tú, ese nombre redondo en mi boca,
en mi lengua, en mis sueños de niña,
en el deseo que ya mengua,
Y todavía es julio, pero ya llevo años
por delante, ya no soy de aquí,
Solo soy viento en cada amanecer
que te lamerá la cara,
Solo a ti te edificaré sobre una montaña,
Regato, naciente, sanchas, urgente,
amante urgente de siempre.
Y si la música te nace, si tus dedos regresan
tocar la alfombra de mis recuerdos,
tocarme con ese arreglo fúnebre,
servirá de consuelo, de ser el principio de todo.
Un año entero, un calendario legendario,
eso es lo que representas en mis días.
¡Así eres tú en mí!
Así estarás, en los diseños, principio, medio y final.
Fue toda una vida que se resumió en un sueño
que se convirtió en el sueño interior de un niño,
en una fantasía que aquella vez y cumplí,
en el amor, estos dulces designios
de un sueño nuestro
que se hizo (e)eterno, ¡en mí!
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