De la luna llena domiciliada al estómago vacío sin "domicilio"

 



El día amaneció seco. Luna llena en Cáncer. En mi boca, el metálico. E inserto para subtitular el texto: "Nothing Else Matters de Metalica. Déjà vus para mí, la náusea y la energía de la luna llena domiciliada. Conocía, con cierta propiedad, esa sensación de náusea, a punto de desmayo, y el sabor del metal en la boca. Era el miedo el que atravesaba mi glotis. Aterrorizada por el peso que veía del futuro. Y por las continuas e inhóspitas rutinas que me mantenían ahí, en ese presente envenenado. O bien, con la elección equivocada de alimentarme. Pero las rutinas, el aburrimiento que las llevaba, eran armas letales para mí. Y comenzaron con el despertar de la resistencia en mí, levantarme era lo más fácil de ellos, sin embargo, las náuseas vinieron después, cuando intenté ponerme algo en la boca para que mi estómago no se quejara de vacío o incompletitud. Hoy era una gelatina de arándanos. No fue fácil y no volveré a hacerlo. No por la mañana. El café, mi café sagrado sin sacralización ritualista, sin los pequeños sorbos para el placer, al contrario, los pequeños sorbos como golpes de gracia, donde el placer y la alegría son parte de la ecuación, estaban ausentes. Y hasta sería mentira si no dijera que no pensé en erradicar este hábito del café, sustituyéndolo por el té, que será, de nuevo, mi opción más armoniosa. Esto de vivir tiene algo que decir, aunque considero, conmigo mismo y con Dios, que hay más misterios en la "ausencia" corporal y mucha más dignidad en la incorporeidad, que es absolutamente esencial en este plano, si tienes un cuerpo, necesitas el "anticuerpo", y que está imbuido y completamente asociado en el proyecto de la misión del alma, pero perfectamente incómodo para aquellos que pretenden continuar estos estudios y encontrar divergencias paralelas y sin ninguna sincronía en absoluto. Pero yo decía que, para esta vida material, su fisicalidad y complejidad nos exige el pensamiento y lo inesperado, como decía hoy Francisco, de puñetazos inesperados en el estómago, por eso se dice puñetazos en el estómago, por eso, y por mucho más, que mientras estábamos aquí, decidí que necesitaba maestros y durante mucho tiempo,  que busco ayuda en maestros desencarnados y en algunos encarnados. La mente, la tengo abierta al mundo de las posibilidades y he estado "enredada", en las pausas de la fisicalidad rutinaria, en los armónicos porque la vida con la música siempre me ha tenido sentido, sin ella se pierde el cincuenta por ciento del sentido, los armónicos están presentes en todo, como la homeostasis, así como el equilibrio entre dos o más fuerzas,  como la simetría, la consideración, la sabiduría, la moderación, la serenidad, la proporción, la estabilidad, la convicción de ser, la firmeza y tantas otras formas de ver, ante nosotros, el camino medio. Mi camino intermedio siempre había sido buscado a través de la prueba y el éxito para la armonía. Y en las relaciones humanas, aunque hayan fracasado, como es previsible entre los humanos, la diplomacia, la cordialidad, la constancia y la asertividad siempre han estado presentes en los intentos de cooperación, que son los que comprometen al yo en el otro, en los nodos sociales, comunitarios y grupales. 


Las náuseas eran tan fuertes hoy que la que me impidió caerme fue Kirie, mi perra, que la llamaba, que se arrastraba por el pasillo de la barbacoa, con una mano palpando el borde de la encimera y la otra cayendo en el vacío de la incapacidad. No me recomendaban hacer todos esos ejercicios que repetía a diario, alimentar a los gatos y perros estaba siendo una tarea ardua y, al igual que el placer del café en pequeños sorbos y las exclamaciones secretas y apagadas del pequeño placer, estar con Mimi, Romeo, Minie, Lucy, Che, Nicolau, Rocky y Pimpim era difícil para mí físicamente hablando,  una vez que se han distribuido las raciones de todos, pueden apreciar las relaciones cordiales que tienen entre sí o menos amistosas, si Lucy, la ansiosa, se agria con los demás. Kirie no me dejó caer. Me aferré a su hocico en la zona de la oreja y logré llegar al banco de piedra exterior. Me senté. El sabor metálico había desaparecido, las náuseas permanecían. Me dejé sentar y el cuerpo de Kirie nunca se apartó de mi lado, apoyándose en mis piernas, dándome cuenta de que no comería hasta que le demostrara que no estaba bien. Y fui recobrando fuerzas y haciendo ejercicios de comprensión y búsqueda de armonía, de mi mejor parte física, en este estado físico y entrega total al ahora. Atención plena. Y casi podría jurar que siempre lo encuentro en los árboles, en la disposición silvestre de los arbustos y las malas hierbas, en el rocío que llevan estos hermanos vegetales, que llevan el clima y son tan flexibles y versátiles, que logran equilibrar y armonizar su reino. Al igual que el agua, no luchan contra la adversidad, la sortean. El conflicto es lo opuesto a la armonía, también en la música, así como en la vida en general. Y mi cuerpo estaba obviamente en conflicto interno, lo que sentía podía ser algo simple y debilitante, como una simple indisposición, o podía ser un síntoma de algo más elaborado y más grande de lo que solo los análisis de sangre, orina, etc., podían responder.  Cuando entré, no traté de seguir la lista de rutinas habituales, al contrario, llegué a acostarme en el borde de mi cama, tratando de extender el equilibrio mental y psicológico placebo al cuerpo, de la manera que supe. Y si tengo que ser sincero, no sé nada, en estas cincuenta experiencias. A esto lo llamo una lección. Náuseas, malestar temporal. Y el embarazo es la parte que queda fuera de esta ecuación de indisposición porque la menopausia y la ausencia de convivencia con otros seres que pudieran presentarse como compañeros sexuales, me lo impedirían. Y para dilucidar o ser útil en este capítulo de la menopausia, decir que estalló la menopausia, fue el elemento distópico el que me llevó al infarto de miocardio en 2017. Era el conjunto de circunstancias en ese momento. El encuentro de estas circunstancias que me llevaron al stent. Este proceso no era armonioso, sin embargo, incluso el stent, como elemento reparador, también aportaba armonía a la continuidad de mi existencia corporal. 


Mientras la señora nauseabunda se calma, expreso cierta indignación contra el statu quo actual y el demodé, el anacronismo de la hipocresía, el laissez faire del que vengo hablando desde hace tantos años, la autocomplacencia cívica en su generalidad y el oportunismo del populismo creciente en una sociedad que tarda en llegar, pero que despierta. Y vuelvo a la armonía. Me encanta la astrología. Lo oculto de la humanidad, el místico de la vida, y por eso leo esto y aquello, veo y escucho los medios disponibles que pueden saciar mi sed de profundización, de lucha contra los estragos de la ignorancia. Siempre supe que muchos estaban protegidos por ella, cuanto menos sepamos de lo que pasa en el mundo, mejor. Y así es. Pero en términos de conocimiento elaborado y consecuente experiencia, necesito anclarme en los maestros, en aquellos que luchan por un terreno fértil para mejorar la realidad colectiva externa. Soy testarudo, para bien o para mal. 


Leí un texto sobre armónicas y tuve la tentación de confrontar a la persona que lo firmó. Entonces, si Mercurio, el regente de mi carta, es la comunicación, superficial o profunda, la sed de escudriñar, la investigación de formas de comunicarse, ¿cuál debería ser su octava, el armónico de Mercurio, si no Urano? Porque hay un Dios que no lo hace, que es Neptuno. Te equivocas, Neptuno es la octava de Venus, así como Plutón es la octava de Marte. Me gusta entender las cosas y comprendo la confusión del suscriptor del texto, pero necesitamos investigar todas estas cuestiones en profundidad, si aportan alguna visión y luz al conjunto. Nací con mi ascendente sentado en la casa de Mercurio, mi segundo ascendente se fue a beber a la casa del sol, en Cáncer, pero no le debe haber gustado mucho y luego se sentó en Leo por cierto tiempo. En el pasado. Hoy, mi ascendente, en el arco solar, aparece en Virgo, junto con el "stellium" de los transexuales (ya sé que el stellium solo se considera cuando está compuesto por planetas personales y sociales), y digo stellium, porque en gracia del año 2024 a 2027, la fuerza de estos transexuales se notará en la vida del planeta. Gaia eventualmente revelará lo que hemos visto, y hacia dónde debemos ir, y del karma al dharma, todo será aplastado, lupa y alcance. No tiene sentido huir o saltar. ¿Y sabes por qué? Por la falta de homeostasis que el hombre ha causado en su hogar. La casa tiene mucho que ver con esta ecuación astrológica. De lo contrario, tendríamos a Marte quizás ya en Escorpio o, al menos, en un tránsito más sano y menos conflictivo, en términos emocionales. Marte gobierna el yo y las guerras y rebeliones. El guerrero no se sentó. Analiza bien que tu paso por Cáncer, donde hoy sucede la luna llena -la culminación, el apogeo- tiene mucho que decirte. Muchos astrólogos llaman a este paso y regresión de Marte en Cáncer y Leo, que durará hasta abril, como un canal de parto, 9 meses seguidos y en regresión en el hogar familiar, las emociones, las naciones, los límites entre lo íntimo y lo público. Marte ipsis verbus. Su octava superior ha cambiado de casa y de signo, si somos más precisos. Plutón hizo un ensayo pre-evidente y entró en Acuario para residir durante los próximos veinte años (algunos dicen que Plutón puede estar en un signo con una variabilidad entre 12 y 32 años), el Venus superior, todavía en Piscis y bien domiciliado, ensayará, como Plutón, el pre-turbulencia en Aries, volverá a casa y,  finalmente, durante los próximos catorce años, tendrá su domicilio en Aries, que es una de las casas de Marte. Pero no irá sola. Saturno, el padre del Karma, también entrará en Aries en mayo y en 2026, estarán juntos en conjunción en la primera casa zodiacal. Y por si fuera poco, seguiremos teniendo la octava superior de Marte, es decir, Urano, dejando finalmente en paz a Tauro, porque la tienen en la casa del yo desde 2018 y se han visto al revés de cambios radicales, si no en todos los ámbitos de su vida, en algunas. Y Urano entrará en la casa desde el aire, Géminis. Y obviamente, Géminis más que otros, pero Libra y Acuario encajan en estos cambios bruscos y en esta genialidad originalidad del planeta. Pero no te equivoques, todos tenemos todos los signos en el mandala, ya que todos tenemos doce casas y cada una de ellas está compuesta por la energía correspondiente al signo y sus gobernantes. Y, por si fuera poco, Júpiter, el gurú auspicioso, no siempre bien posicionado, expande lo bueno, pero hace exactamente lo mismo con lo menos bueno. E incluso con los muy malos. Si es una guerra, se expande a una gran guerra y si es un bombón, será una fábrica de chocolate. No creas en los chocolates. Y vuelvo a mi estómago, un poco molesto y estoy tomando té. Júpiter aún retrógrado en Géminis descenderá a la casa familiar en junio, a Cáncer, donde entrará en tiempo con cuadraturas y oposiciones y residirá allí en un año sabático, durante aproximadamente un año y un mes. Y todo esto sería incompleto y desarmónico si no hablara de mi preocupación por Venus y Mercurio, también ambos en procesos de directa, sombra y retrogradación a través de las doce (Piscis) y una (Aries) casas, en conversaciones y monólogos que formarán parte, junto a Quirón, junto a Lilith para alcanzar el destino (los ingleses sitúan el destino como algo más pesado,  el destino y nuestro doloroso anhelo como nostalgia que es algo más ligero y noble) en el cambio de los ejes nodales. Las fatalidades o el eterno devenir o, finalmente, la guinda del pastel, como aprender a tachar lo que no importa y revivir los valores humanitarios. A mi modo de ver, las arcaicas, anacrónicas y corruptas estructuras de poder que han tenido sus mejores días, caerán a lo grande, para ser recicladas como valores verdaderamente evolutivos y armónicos para el planeta y las razas humanas, animales, vegetales y minerales ahora presentes y también para los demás, pero para ellos Plutón, Neptuno y Urano harán las introducciones necesarias. Entre ahora y dos mil veintisiete, muchos fénix iluminarán las colectividades, muchas comunidades enseñarán el camino del individuo a través del universo colectivo. Y si todos somos uno, tú también ensayarás cambios culinarios en tu vida, sustituciones beneficiosas del café diario al café ocasional, del placer esperado a un pequeño atisbo de lo que sería sentir paz en términos globales. 


Ya sea que tengas tu hogar en Cáncer o en otra energía, tendrás que erigir límites a lo negativo y dar la bienvenida a otras formas de interactuar en este mundo de posibilidades que es Gaia. Mientras no haya armonía para el conjunto, mientras el poder esté en manos de un puñado de personas, mientras los valores se basen en el tener y no en el ser, se producirán saltos mortales y sigo creyendo en lo mismo, que el karma no prescribe ni precede. Llega en el momento adecuado. ¡Pero ya llega! Los inocentes y los culpables vivirán con las consecuencias de sus decisiones, incluso si la elección fue no elegir. El sabor metálico se ha ido, después de Metallica. 

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