Neruda en vano




Los pájaros cantan y se posan en saltos intermitentes. Toda la hierba en su esplendor se regocija verde y fertilidad, aún húmeda por la escarcha de la noche. Son las 6 de la tarde, cualquier otra tarde, que perdía importancia por las tardes, en las otras tardes cuando había fuego en la sangre. Como dije, son las 6 p.m. de esta tarde y no hay amenazas de atardeceres con cintas naranjas y rosas en el fondo del horizonte. Todo se asemeja a los grises húmedos pegados a la dermis y a la dermatosis provocada por el invierno. La perturbación de los cables eléctricos no atenúa el vacío negro. Los perros aprecian esta pseudo-quietud. Las liebres se esconden, al igual que los topos, los zorros y las serpientes. 

Hasta que se aseguren de que los animales grandes, como yo o mis perros, son un signo de desaparición. El único perro que se queja del silencio parece estar demasiado lejos para molestar a nadie. Y dentro de mí, ¿dónde habita la paz que este lugar me ha destinado? Y en mí, ¿por qué no descansan las dudas y los días?

Me siento como si estuviera dentro de una niebla densa y líquida, cruzando entre los grandes árboles y arbustos, gritando los ecos que he dejado de escuchar. De un verde musgo, las casas se dividen en las partes más altas. Un salpicaduras de almas con destinos indescifrables. Escuchas morfemas y teléfonos, pero no entiendes los contextos. Los mensajes se quedan atascados en los cables eléctricos de estas torres de mal aspecto, como extraterrestres gigantes, listas para devorar la salud de los que quedan.

El único prisionero de los sentidos parece ser yo, en mi aparente mudez, decolorando el rojo de la temporada pasada, en alertas cerebrales.

Las dalias rosas quieren abrirse, las flores de la japoneira finalmente encuentran color. Los pequeños pensamientos permanecen tímidos y las ramas permanecen estériles, determinando mi límite territorial. En vano voy por los días, anclado a la nostalgia y a los viejos dolores, como tatuajes eternos. En vano, mis besos se van mar adentro, en estas grandes barcas que nunca te alcanzan. Sospecho que aquí es donde se dividen el pasado, el presente y el futuro, sin más recursos ni alternativas.

Comentários

Mensagens populares