Alma Novaes & Rui Veloso
Historia de un refugio
(Feliz Navidad, Faustino)
Los recuerdos van y vienen, a veces incandescentes,
adolescentes al rojo vivo, alegres, alegres, otros,
que viven y permanecen en el hemisferio temporal
lleno de nieve, miedo y frío, huérfano ya,
mi héroe perdido,
Te encuentro, siempre y a menudo,
en recuerdos sin futuro,
sentado en la pared,
Mi amor, acariciando a un gato, murmurando
gracias, respirando alegrías,
Inocente y viejo, robándome un beso
o, simplemente,
Apedreando el charco de agua y, provocando
olas en mi pensamiento,
Nosotros, hijos eternos, en mi
botas de agua azules que salpican sin hacer mella,
mientras tiras y me empujas desde la infancia
nos echa de menos, esa edad,
en el que soñar era absolutamente
obligatoria, e imperial, de tu mirada de soslayo,
de los mechones de tu cabello oscuro,
de tu mirada sonriente,
Hoy, en este raro tiempo, un poco de invierno,
Sonrío, después de todo, Dios está presente, y yo, de nuevo
adolescente en el patio trasero, junto a la pared,
Te abro como a un sueño, que quiere ser real.
Y un sueño, que está destinado a ser real.
Y antes de que me olvides, deja que te pierdas
En más tormentas de la vida, voy y sigo
postal, reenviador oculto,
y como es para ti que escribo,
Quiero que leas,
Cierra la puerta, abre el subíndice, léeme despacio
y guárdame en tu seno, así,
¿Qué búho guarda el nido?
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