Jose Granada
Amarte en un segundo y atraparte al vuelo, silencio.
Cruzaré, aún sin destino, todo lo que nos ofrezca éste instante de frenesí.
Lujuria es tu piel,
no miro distancia.
Pues resuena gozo de fresco aroma,
sonato de tu boca, miel de añil.
Mañana aciaga de sentimientos encontrados,
dónde lo tenue de la arboleda que mitiga la frontera,
entre realidad y deseos,
es dibujo de luces y mis tristes tormentos.
Montaña de visible,
por visitar la quimera,
de lo que dibujan mis añoranzas.
Levantarme y rodearme de tí,
de tu cuerpo anquilosado,
a la alhomada del guiño
y desear que la sueltes,
refugiándote en mi frágil mirada.
Casi todos los aspectos de una tarde fugaz,
se me dieron contigo perdiendo el aliento,
del prado que separan aquellas viejas marcas,
que sólo golpes del sediento márgen que me provoca tu marcha,
apagan el fuego,
que dentro me dejas,
aquí me quedo. Te espero.
Comentários