Máximo Ballester
8 de la mañana de un martes
de enero. Hace calor. Estoy en el jardín,
sentado en una reposera. A mi lado,
la mesa ratona con el vaso
y la botella de agua. Un libro en una mano
y en la otra un cigarrillo. Con el rabillo
de mi ojo izquierdo alcanzo a distinguir la cabeza
de la tortuga, que se acerca por detrás de la mesa.
El tema de la velocidad y la longevidad de rigor.
Pienso: la naturaleza es pródiga en avisos.
Finalmente, avistaje de la tortuga
por encima del borde superior de mi libro.
Ahí pasa el secreto de la buena salud.
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